Llegué a Salento en un par de horas desde la ciudad de Manizales.
Salento es el municipio más antiguo del Quindío, en el mismoEje Cafetero, una región hermosa de Colombia y cuna de la planta Nacional, «La Palma de Cera», ya os hablaré de ella y del Valle del Cocora.
Buenas gentes y olor a café, como dice el refrán “De Salento sal si puedes», y es que esta tierra y quienes las habitan son queridas e invita a quedarse, así fue mi experiencia, un día, otro y otro, tan sólo pasear por sus calles coloridas y entrar en tantas tiendas de artesanía, subir al mirador y tomar una cerveza en la plaza.
Salento no se olvida, fui para un par de días y se convirtió en más de una semana, me costó salir.
Hice amigos, disfrute de las fiestas en la plaza del pueblo los fines de semana, de la música y bailes, vallenato y salsa, de tumbarme en una hamaca y oler como se tostaba el café, que placer para los sentidos.
Y como no, visité una finca de producción y elaboración de café, la Finca de Café Don Eduardo.
Pasé unas horas en ella, una finca donde se produce café orgánico, fue enriquecedor.
Ver todo el proceso, cultivo, recolección, despulpado, secado del grano, hasta tostarlo, molerlo y preparar un rico café para degustarlo.
Eso fue Salento, colores de sus calles, olor a café, bailes y risas con su gente, como salir de ahí. Junio 2016.
el colorido me recuerda a lugares en primavera de andalucia
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