«Buceo en Sainte Marie y Anakao»
El primer lugar donde buceé fue en la Isla de Sainte Marie, Isla Santa María conocida localmente como Nosy Boraha, al este de Madagascar, justo llegué entre los meses de julio y septiembre, época de paso de las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) que se acercan cada año a la Isla de Sainte Marie para engendrar a sus crías. Después de un viaje de varios meses sin comer, allí pueden dar a luz a sus pequeños sin peligro. Centenares de ballenas se reúnen para atravesar las aguas que circundan la Isla Sainte Marie en Madagascar haciendo movimientos y gestos tan armoniosos como impresionantes y entonando sus cantos de ballenas.
Oirlas mientras buceaba por el arrecife coralino fue una de las experiencias más bonitas vividas en Sainte Marie, a 25 metros de profundidad esa experiencia sobrecoge, cantaban y hasta notaba la vibración de las ondas sonoras en mi cuerpo, fue mágico.
Verlas desde el barco fue todo un espectáculo, saltaban, golpeaban con sus aletas y cola la superficie del mar, dos días en el eterno azul, que desde su profundidad y superficie me mostró tanta belleza.
Un mes después de estar en Sainte Marie llegué a Anakao, playas de arena blanca y agua turquesa, pueblo de pescadores Vezo, etnia que habita el sur de la costa oeste de Madagascar. Aquí pasé unos días de tranquilidad, buceando en su arrecife de coral, con aguas transparentes y una visibilidad increíble, todo tipo de peces y corales, navegando en piraguas típicas de pescadores y viendo aun alguna tímida ballena jorobada asomarse, ya empezaban a marchar hacia la Antártida.
Disfrutando del eterno azul una vez más. agosto-septiembre 2018.
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