Fez, Ciudad Imperial. Marruecos.

«Desde el desierto al atlas medio»

Viajé desde Merzouga, en el desierto de Sahara hasta el Atlas medio, siete horas de viaje que me llevaron a la ciudad imperial de Fez.
Es una de las cuatro ciudades llamadas imperiales de Marruecos y está considerada como el centro religioso y cultural del país. Su universidad, famosa por el estudio del árabe y la religión musulmana, la convierte en punto de paso de un gran número de estudiantes marroquíes.
Si algo me sorprendió al llegar a esta ciudad fue su muralla y sus puertas de entrada a La Medina Fez el-Bali, laberíntica, caótica y atestada, es la zona más antigua de la ciudad y data del siglo VIII, comprende más de 300 barrios y 9.000 callejones, muchos de ellos sin salida. Aunque la norma ya no se aplica, antiguamente cada barrio contaba con una mezquita, una escuela coránica, un horno, una fuente y un hammam.
En la medida encuentras los principales puntos de interés de Fez, las plazas, las escuelas coránicas llamadas madrazas, mercados y el Mausoleo de Mulay Idrís, profeta a quien se dedica esta ciudad, y como no, el famoso y conocido zoco de los curtidores, la curtiduría Chouwara.
El gremio de los curtidores de Fez de jacta de tener orígenes antiquísimos, que se remontan quizás a la fundación de la ciudad.
Pude llegar a una de las tiendas con terrazas desde las que se puede observar el duro trabajo de los artesanos. A la entrada de ellas se entregan pequeños ramilletes de menta que a duras penas sirven para mitigar el nauseabundo olor que invade los alrededores de la curtiduría.
Desde esas terrazas puedes observar los pasos que se realizan en las curtidurías tradicionales, como introducir las pieles en enormes cubas repletas de cal y excrementos de paloma, donde se dejan en reposo durante varios días, posteriormente se retiran los restos de pelo que queden adheridos a la piel y se procede a la coloración de las piezas introduciéndolas en grandes cubas rellenas de tintes naturales de diferentes colores. El olor a piel y las tiendas de marroquinería es algo que nunca olvidarás si visitas Fez.
Pasear por la media, perderse y volver a encontrar el camino, salir por sus puertas, llegando a mercados callejeros y degustar pastelas de ave, tajines y pastelillos de frutos secos y miel, así pasaron mis días en Fez. Junio 2018.

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